-->

lunes, 21 de marzo de 2011

Conversación hipotética

-¿Pero qué quieres de mí, maldito payaso?

-¿Yo? ¿Qué quieres tú? ¡Te has vuelto loca, Niebla!

-¿Loca? ¿Loca? A lo mejor, sí, trastornada estoy, ¡ya deberías saberlo! En realidad ya lo sabes aunque te hagas el ofendido cada vez que te lo digo.

-Lo dices tú todo, yo no he dicho nada.

-Claro que no, tú nunca dices nada ¡porque no hablas! Dime qué quieres de mí, qué hay entre nosotros. Ten huevos y dímelo. Di qué sientes.

-¿Otra vez este tema? ¿Es que no podemos simplemente dejarlo correr y ya? Ya hemos hablado de esto.

-¡No! ¡No dices nada! Dices y te desdices, te contradices… Joder, Hobbit, aclárate y dime porqué no me quieres querer, dime porqué no soy suficiente para ti, ¡dímelo y me callaré!

-Yo no he dicho que no seas suficiente para mí, joder, pero es que ni te conozco.

-Ya estamos con el tema de que somos desconocidos… ¡Nos estábamos conociendo, coño! Pero no me quieres conocer, y antes sí. ¿Qué hice? ¿Qué te asustó en 2 semanas que no te asustó en casi dos años? Es porque no soportas la idea de comprometerte con algo, ¿verdad?

-Deja de decir estupideces, ya te he dicho que cuando empezamos yo estaba abierto a todo.

-Menos a implicarte de verdad con alguien, por eso me preguntabas constantemente sobre mi salud, sobre si estaba bien, “pero ¿bien, bien?”¡porque no querías implicarte tanto! ¡Por eso ni me besaste antes de saber si estaba bien!

-¡Te preguntaba porque estaba preocupado por ti!

-¡Eso es mentira! ¡No me mandaste ni un maldito email, ni un triste mensaje al tuenti de los cojones! ¡Eso es lo preocupado que estabas! No preguntaste a mis amigos por mí y todavía hoy ni siquiera me preguntas cuándo tengo que ir al médico, o cómo me ha ido cuando sabes que he ido, o cuando me ingresarán, o como es de grave todo. Porque te importa un mierda en realidad, y porque eres un puto cobarde, Hobbit, y lo sabes. Porque sólo quieres lo fácil y sólo piensas en ti. Sólo quieres hablar de series y películas frikis, con una cerveza en la mano y muchas otras de más dentro de ambos. Y sí, escuchar mis guarrerías y lo cachonda que estoy, y empalmarte cuando te beso pero sin dejarme terminar lo que empiezo. Decirme cosas bonitas, a veces. Y volver a casa sólo, cascártela, y así seguir teniendo tu libertad, sin quedar en evidencia delante de mí, ¡qué ya sé que eres virgen, joder, deja de disimular porque me importa una mierda! Enséñame a quererte y yo te enseñaré a hacer el amor…

-¡Niebla!

-Ni siquiera me permitías acercarme a ti, y me refiero a tu persona, no a tu pene… Yo sólo quería pasear, y hablar, caminar contigo por la orilla del río, entre la niebla y los últimos rayos de sol, en esos días en los que el frío hacía que mi aliento se confundiese con el humo de tu cigarrillo. Pero eres lo que se ve, ¡y lo que se ve es que te importo una mierda!

-¡Ya vale!

-¡QUÉ!

-¿Cómo puedes decir que me importas una mierda?

-¡No me vengas otra vez con la milonga de lo importante que soy para ti con las cosas que te he contado, si ni siquiera me escuchas o si te espantas con ellas! ¡Lárgate con tus amigas la gafapasta moderna, la zorrupia de ojos verdes y la anarquista amargada y déjame en paz! Yo no te volveré a molestar… Y deja de preguntar por mí cuando no estoy, que da igual que esta enfermedad me mate o no, porque para ti ya estoy muerta. Ahora, yo me voy al hospital, tú te quedas. Quizás nos veamos dentro de 2 meses, para tu cumpleaños, si me invitas. Pero ya ni siquiera quiero regalarte una canción. Y, sinceramente, dudo que yo esté tan pronto recuperada, físicamente. Así que, quién sabe. Pondré mis seis euros para tu regalo material y quizás nos veamos la última semana de julio. Dejemos que el tiempo haga su trabajo…

No hay comentarios :