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viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Cuándo será otro día?


Ya estaba en la cama. Me había tomado un tripi como el que tomé con Juno el día que fuimos a ver a B, pero creo que ya soy inmune a esa mierda.

Después de que el ciruelo se dejara el teléfono en el coche de Juno el otro día, de repente ahora, en la cama, me dio por pensar en que me pudiera pasar a mí en el coche de la novia de mi mejor amigo o en el coche de los putos 180 cv del Hobbit. Lo más patético sin duda son las fotos a mí misma toda pedo en el baño, como si de una cani adolescente me tratara... Pero no me he puesto a borrarlas sino que he ido a los sms. Sólo se guardan los últimos 10 enviados así que no hay mucho problema, mi intimidad está bastante a salvo. Luego me he puesto con los recibidos... y cuando me he dado cuenta... "A ver, quedamos en el bar que hay enfrente del cine a las 10? Dame un toque si sí" Enviado el 23 de febrero a las 19:05. Así, sin besos, sin hola, sin nada. Yo sabía que me iba a dejar. No sabía qué me iba a decir exactamente, pero no había un hola, ni un "besines" o "besotes". No había nada. En realidad ponía "Voy a dejarte hoy, si te parece bien el sitio y la hora dame un toque y acabamos con esto de una vez".

No le puedo querer. Pero no le puedo odiar. Es él y ya. No le entiendo y no me entiende. Le deseo de una forma enferma y él no sabe ni cómo me desea. A veces me quiere, otras me odia, otras me desea. A mí me encanta odiarle también. Cada vez que le odio, le quiero.

Aparecieron más mensajes... los primeros mensajes, con apelativos cariñosos, despedidas amables. Aparecieron mensajes que arreglaban discusiones como sólo un freak como él lo haría ("hacemos cmd+z a lo de ayer?").

No sé por qué me siento tan mal. Si cuando soy racional sé que no puede ser. Lo sé y debería ser suficiente. Esta tarde le miraba y pensaba: ¿pero le deseo o no? ¿y por qué? En realidad creo que el capricho se me fue de las manos. Se fue de las manos hasta hoy. Y se me sigue yendo. ¿Quién sabe cómo acabará esta historia? Ni siquiera me deja claro si sale mañana, si me llamará, si qué... No es justo. Pero es así. Verle casi a diario no me ayuda. Sospechaba que esto sucedería. Pero no sé si lo puedo cambiar.

Dos semanas. En dos semanas decidiré si me inmolo otra vez. En dos semanas seguramente todo estalle. Y si no lo hace, entonces tendré que cambiar el día oficial de llorar a los viernes, porque los miércoles tengo clase.

Y ahora voy a intentar dormir, que mañana tengo que madrugar para hacerme análisis de sangre. Pero da igual, porque las dos semanas que tienen que pasar para saber de verdad como está todo son dos. Dos semanas eternas con sus días, con sus noches, con sus clases, con mi Hobbit, con desconocidos menores de edad... Yo solo quiero estar bien. B lo sabe. Si yo estuviera BIEN, todo sería diferente. Por favor, B, ayúdame. AYÚDAME.




*Texto triste de cómo te encomiendas a lo que sea cuando realmente lo necesitas. Supongo que mañana se me habrá pasado. Bajones de la tensión pre-pruebas médicas. Que B esté conmigo.



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